Uno de los motivos para visitar Castelló Sud es su gastronomía, dotada de una variedad con la que es posible disfrutar de los sabores autóctonos de la tierra. Productos tradicionales y de proximidad como el aceite, la miel, la naranja, el melón o el arroz hacen de la oferta gastronómica de este territorio una experiencia para disfrutar con todos los sentidos.
La situación, el clima y la labor de los pequeños productores locales convierten Castelló Sud en tierra de contrastes, donde los productos de la tierra se mezclan con los que nos ofrece el mar. Ser un territorio montañoso bañado por el mar ofrece los ingredientes para una gastronomía rica y variada, fiel reflejo del espíritu mediterráneo.
Un paisaje para comérselo
La riqueza gastronómica de Castelló Sud está muy ligada a nuestra geografía y a la tradición rural. A lo largo del tiempo, el paisaje se ha moldeado a través de la actividad agrícola y, a día de hoy, disfrutamos de paisajes agrarios tradicionales y de un rico patrimonio hidráulico que va desde el litoral hasta el interior de la Serra d’Espadá.
El aprovechamiento histórico del agua ha permitido vertebrar un relato común a través del patrimonio hidráulico que se extiende a lo largo de todo el territorio de Castelló Sud, un destino que te proponemos explorar a través de acueductos y arquets en el corazón de la Sierra de Espadán, de humedales catalogados por su gran riqueza natural, de llanuras costeras con la infraestructura histórica de escorredors, acequias y canales y, finalmente, siguiendo el camino del río Belcaire hasta su desembocadura en el mar Mediterráneo.
¿Cuáles son los productos típicos de Castelló Sud?
El aceite de la Sierra de Espadán, la miel, la naranja, el melón o el arroz hacen de Castelló Sud un destino gastronómico.
Arroz de la marjal
Como os contábamos la gastronomía de Castelló Sud es fiel reflejo de nuestro territorio, en cuyo litoral destacan los cultivos del cereal estrella en la cocina valenciana. La zona del litoral cuenta con los únicos productores de arroz de la provincia y gracias a su dedicación podemos disfrutar de los sabores autóctonos de la tierra en la receta tradicional valenciana, la paella.
Las zonas de marjal y los humedales se extienden a lo largo de la costa de Castelló Sud y son una fuente de vida para la región. A nuestro paso por el camí de Serratelles podemos disfrutar de este paisaje en el que todavía se observan algunos cultivos de arroz tradicionales.
En el municipio de Almenara encontramos uno de los lugares que son testigo de la tradición arrocera de la comarca: el museo del Molí d’Arròs. Este emblemático edificio fue construido en 1753 y sirvió en primer lugar como almacén de paja, más tarde como almacén de naranjas y ya en 1914, se instalaron los primeros motores para funcionar como como molino arrocero.
En la actualidad el Molí conserva toda la maquinaria que tanto trabajó para la venta de arroz en toda la comarca y se ha convertido en un centro de referencia cultural abierto al público.
Aceite de Artana
El aceite de oliva virgen extra de la Sierra Espadán se ha convertido en un producto gourmet. La situación geográfica y las condiciones climatológicas del Parque Natural otorga a las aceitunas de sus olivos cualidades únicas y peculiares autóctonas. Más allá del aceite, la variedad serrana de Espadán ofrece un fruto exquisito para degustar en la mesa o disfrutarlo en forma de paté.
A las puertas de Espadán nos encontramos con Artana, un municipio que destaca por la enorme calidad del zumo de oliva que produce. El oro líquido artanense tiene una larga historia que contar, que se refleja perfectamente en la edad y el porte de varias decenas de olivos monumentales que encontramos a lo largo del término municipal.
Son monumentos vivos que, tras más de mil años de edad, siguen dando sus mejores frutos. Es posible descubrirlos a través de una ruta perfectamente señalizada y con paneles interpretativos que te permiten pasear tranquilamente entre algunos de los olivos más emblemáticos de Artana.
Miel de Eslida
El interior de Castelló Sud también destaca por su tradición apícola. La apicultura es un arte que generación tras generación se ha ido cultivando en Eslida. El municipio cuenta con un gran número de apicultores que se dedican con esmero a este oficio ancestral que da lugar a una miel exquisita y reconocida por su calidad.
Nada más entrar a Eslida te da la bienvenida un modesto cartel que dice así: “buenas aguas, corcho y miel”, tres tesoros que reinan en el municipio gracias a un paisaje rodeado de fuentes, alcornocales y panales de abeja. Estos últimos son la materia prima con la que los apicultores producen el producto estrella de Eslida y dan vida a variadas recetas que se enriquecen de la vegetación propia del mediterráneo como el romero o la flor de azahar.
Melón de marjal
“Más dulces que la miel” son también los melones que se cultivan en la marjal de Castelló Sud. Municipios como Xilxes, La Llosa o Moncofa son conocidos por la autenticidad con la que se produce este preciado manjar propio del verano.
El litoral del sur de Castellón cuenta con gran extensión de tierra de la marjalería, una tierra negra y húmeda situada a apenas 2km del mar. Esta situación privilegiada hace posible que el agua con las que se riegan las tierras de la marjalería sea incluso tres veces más salada que el agua normal. Esta condición en el terreno le permite a la melonera crecer y otorgar a sus frutos un dulzor especial y mantener su textura crujiente.
Otro factor esencial en el cultivo del melón de marjal es el clima privilegiado del que gozamos, que permite una maduración del melón única. El paisaje, sin duda, configura una vez más la calidad de los productos de la tierra, pero son también clave las manos que los cultivan. Son ya multitud de generaciones en Xilxes, La Llosa o Moncofa las que llevan perfeccionando el cultivo del melón.
Un mar de naranjos: Clementina nulera
Los naranjos son, sin duda, uno de los emblemas del paisaje mediterráneo y, cada primavera, el azahar despliega su fragancia en los campos del litoral de Castelló Sud, avisando de que pronto podremos disfrutar de uno de los más auténticos sabores mediterráneos.
La disponibilidad de agua de riego, conducida mediante canales y acequias a cada campo de cultivo, explica la formación del naranjal de Castelló Sud. Cuando empieza la recolección, sobre el mes de octubre y hasta final del invierno, es el color naranja el que domina en el paisaje.
Especial atención merece la clemenules o clementina de Nules, conocida en la Comunitat Valenciana, como “la reina de las clementinas”. Esta variedad destaca por contener mayor contenido en vitamina C, un aroma más intenso que el habitual y producir un zumo más anaranjado.
Algarroba
Un cultivo que hasta hace poco pasaba desapercibido y que sorprende por sus propiedades nutritivas es la Algarroba. En las faldas de las montañas de la Vall d’Uixó, la Vilavella o Almenara se han recuperado en los últimos años numerosas plantaciones abandonadas de esta legumbre que puede llegar a competir con el cacao.
Con su semilla se elaboran desde chocolates a mermeladas, pasando por espesantes alimentarios o productos cosméticos. De ella se puede obtener, además, una harina apta para la población celíaca.
Además de los productos tradicionales, la gastronomía de Castelló Sud se nutre de la innovación de los pequeños productores locales y la restauración. La mejor forma de descubrir esta gran variedad de sabores mediterráneos es, sin duda, viniendo a recorrer el territorio y sus paisajes.