La Vilavella

La Vilavella (en castellano Villavieja, e históricamente «La Vila Vella de Nules») es un municipio de la provincia de Castellón en la Comunidad Valenciana, España. Perteneciente a la comarca de la Plana Baja.

La localidad se halla situada en el sector suroriental de la provincia de Castellón, al pie de una estribación de la Sierra de Espadán, cuyas elevaciones últimas aparecen como internadas en la Plana, la cual presenta aquí su anchura mínima. La distancia a la costa es aproximadamente de siete kilómetros.

Resalta el contraste tan acentuado que ofrecen sus dos sectores: la zona perteneciente a la Plana y la parte montañosa, que se eleva bruscamente a las espaldas del pueblo, abarcando buena parte de su término, y que se halla por completo cubierta de matorral, con escasas formaciones arbóreas.

La localidad va ganando altura desde el llano hasta la zona más antiguo, que se empina en la misma falda del cerro del Castillo.

Villavieja, núcleo fundacional de la actual Nules, es de origen romano, se conoce un santuario hispanorromano, excavado en 1979, emplazado en la cima de la montaña de Santa Bárbara. No obstante, los orígenes de la actual población hay que situarlos en la época de ocupación musulmana, cuando se construyó un castillo que sirvió para aglutinar la población dispersa.

La primera carta de naturaleza de Villavieja viene dada por la población musulmana que se asentó en el castillo que se rindió al rey Jaime I de Aragón en la primavera de 1238. A principios del siglo XIII se fundó la Puebla Nueva de Nules, origen de la ciudad de Nules, cuyo actual término municipal corresponde al del antiguo castillo árabe, permaneciendo el núcleo antiguo con el nombre de Vilavella de Nules. El castillo, antiguo castillo medieval de Nules, era cabeza de una Baronía que comprendía además de la actual Villavieja, las alquerías de Aigües Vives, Mezquita, Rápita o Moncófar, Beniezma, Mascarell, la Pobla, la Seyt, Benicató y la Alcudia, esta Baronía fue donada por Jaime I a Guillem de Montcada en 1251. Una vez extinguido el señorío de los Montcada, en 1314 el feudo pasa a Gilabert de Centelles, será por estas fechas cuando se funda la población de la actual Nules, quedando en el núcleo de Villavieja de Nules la población morisca hasta su expulsión en 1609. Dos años después Cristóbal de Centelles, marqués de Nules, repobló la Villa Vieja de Nules con 29 cabezas de familia.

En 1715 contaba 310 habitantes, y desde aquel momento hasta 1990 incrementó su población, aunque en los últimos 20 años su población mantiene una constante tendencia a descender debido al envejecimiento de la población.

Experiencias

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Galería de imágenes

Castillo de la Vilavella

Construido por los árabes en el siglo X. Conquistado en el 1.238 por el Rey Jaime I, pasando en el año 1.250 a manos de la familia Montcada y posteriormente a los Centelles. Conserva una interesante cisterna de la época árabe y fragmentos de un pavimento de azulejos de Manises (actualmente en el Museo de Historia) de la capilla de San Jaime (Siglo XV).

Gruta de nuestra Señora de Lourdes

Reproducción de la gruta de la localidad francesa del mismo nombre, construida en los años 80.

Ermita de San Sebastián

Junto al núcleo urbano del municipio se encuentra la ermita de San Sebastián, que data del año 1934.

Museo de La Vilavella

La primitiva colección museográfica de la Vilavella nació en el mes de mayo de 1999, integrada en el oratorio del antiguo balneario del Cervelló. Surante los años 2010 – 2011 se efectuó una ampliación, ubicada en la parte superior del lavadero municipal. Inaugurada en marzo de 2015. Se configuró un espacio de una sola planta, diáfano, con 11 vitrinas encastradas en los muros.

La colección se ordena como sigue: el oratorio destinado a recordar lo que representó para la población de la Vilavella, la cultura termal. Se destacan cinco bañeras, cuatro de mármol blanco de Macael y otra de mármol rosa de Buixcarró, procedente de los derribados balnearios de la Estrella, Galofre y Cervelló. También un conjunto de paneles cerámicos, datados en el siglo XIX, procedentes de los varios establecimientos termales.

La ampliación comienza con un apartado dedicado a la geología y paleontología de la Vilavella. La sección de arqueología ocupa seis vitrinas: Edad del Bronce, asentamiento ibérico de la Montañeta del Castell, Cultura Cásica, Castillo medieval y la vitrina de nuestra pieza estrella, la Risala, un manuscrito árabe único en la Comunidad Valenciana.  Pasamos a la vitrina del siglo XVII, donde se exhibe el Sagrario de la Iglesia antigua y dos vitrinas más, que rememoran las denominadas “Cases de Senyorets”. El recorrido finaliza con dos expositores dedicados a la Guerra Civil.

Balneario

En la actualidad la población cuenta con un balneario sito en la Plaça de la Vila nº 5, que aprovecha las propiedades curativas de las aguas del subsuelo. A principios del siglo XIX la población contó con 11 balnearios que eran visitados por 10.000 personas.

Museo de los Alpargateros

El Museo de los Alpargateros está situado en el casco antiguo de la Vilavella y se conserva como modelo de vivienda de una familia alpargatera de principios de siglo XX. La parte baja de la casa está dividida en dos ámbitos, nos muestra las estancias típicas de una casa y la Sala nova, donde se alberga propiamente la exposición de los útiles de este trabajo artesanal. La cámara alta o segundo piso, construido en 1870, era el lugar donde reposaban los niños, en principio sobre jergones de hojas de maíz.

Jardín de la Glorieta

En este jardín se encuentran diversos elementos interesantes como: La Fuente Calda, manantial de aguas termales que nace en el mismo lugar donde está ubicada la fuente. Las virtudes medicinales de dichas aguas eran ya conocidas por los romanos. Manan a una temperatura de 27°C. Dentro del mismo recinto está situado el edificio del Cervelló, donde se ubica el Museo de Historia de la Villa y un lavadero público (curioso testimonio etnológico).

Mirador

Desde el Vía Crucis que une el pueblo con la ermita se divisa una buena panorámica sobre el manto verde de naranjos que cubre la comarca de la Plana Baixa.

Iglesia de la Sagrada Familia

Dedicada a la Sagrada Familia, es de estilo corintio, fue inaugurada en 1756 y restaurada en 1951.

Espacio minero Maria Fernanda

El camino al Espacio Minero parte de los Depósitos de agua que se hallan en el llamado “camí La Mina”. Se accede a él desde el propio casco urbano de la Vilavella de dos formas:

  • Por el carrer del Barranc hasta el camí Fonteta d’Oliver; sin abandonar el camino asfaltado, después de girar a la izquierda bajo los vestigios del Castell de la Vilavella entramos en el camí La Mina. Podemos dejar el vehículo junto a los depósitos de agua.
  • Por el carrer Sant Roc hasta girar a la derecha por el carrer de la Muntanyeta; al acabar esta calle giraremos a la derecha tomando el camí del Barranc Rochet hasta la entrada a la urbanización Santa Bárbara. Aquí tomamos el camí de la Mina (sin subir a la urbanización) hasta que, bordeando la montaña, llegaremos a los depósitos de agua.

Para entender por qué las explotaciones mineras llegaron a nuestro municipio, hay que remontarse a comienzos del siglo XIX; con la revolución industrial y las mejoras en los materiales de construcción (hierro, vidrio, etc.) se produjo en toda Europa un auge urbanístico hasta entonces desconocido; La edificación de casas, fábricas o la creación de nueva maquinaria industrial comenzaron a pedir una cada vez mayor utilización del hierro, ya que éste era un material que ofrecía grandes ventajas: por un lado era resistente y fuerte, pero por otra estaba dotado de cierta flexibilidad, lo que le garantizaba durabilidad y un trabajo relativamente fácil del material; por todo ello, era especialmente recomendable para la fabricación de vigas, pilares, forjados, etc.

Para conseguir el hierro metálico había que buscar primeramente el mineral del que extraerlo, y éste se encontraba en las entrañas de la tierra, por lo que era necesario instalar toda una infraestructura alrededor de las galerías de montaña que permitiera obtener el mineral, separarlo, cargarlo y enviarlo

a los hornos. Las explotaciones como “María Fernanda”, en Villavieja, permitían alimentar los grandes hornos siderúrgicos para crear el metal de hierro; esto se conseguía mezclando el óxido de hierro procedente de las minas (mineral en bruto) con coque (un combustible obtenido de la calcinación o destilación seca de carbón mineral) y carbonato de calcio. Así, mediante la acción del calor, se transformaba el mineral de hierro en hierro metálico.

En la población, las minas permitían mejorar las oportunidades laborales y económicas de la población manteniendo a un gran número de familias del municipio, al tiempo que representaban una buena oportunidad laboral para trabajadores venidos de otros lugares que vinieron a nuestro municipio atraídos por esta posibilidad de trabajo.

Es muy probable que las primeras explotaciones destinadas a la extracción del mineral de hierro en Villavieja instalaran a finales del siglo XIX, pero no tenemos constancia en los registros documentales; estas minas, de modesto tamaño y producción, fueron probablemente minas a cielo abierto (similares a las canteras) en la que se desmenuzaba la montaña extrayendo el producto férreo, que luego se cargaba en carros para su transporte. Las primeras referencias escritas a unas instalaciones mineras en el municipio, sin embargo, corresponden a las minas “San José de la Montaña”, “San Antonio Abad” y “San Sebastián”, proyectadas en 1907 la primera, y en 1910 las dos siguientes ; estas minas funcionaron durante algunos años, si bien terminaron abandonando por diversas causas antes de la Guerra Civil, como recuerdan algunos vecinos mayores del municipio.

Pasada ya la Guerra, en los años 50 del pasado siglo, la extracción del mineral de hierro en la localidad volvió a ponerse en marcha aumentando su producción notablemente con la explotación en manos de la empresa de Zaragoza “Minas del Mediterráneo SA “, que en 1954 comenzó la época de mayor producción de hierro en la explotación bajo el nombre de” María Fernanda “(también conocida como Mina Vieja).

Ya que cada mina, con su nombre correspondiente, estaba en funcionamiento únicamente mientras ella se seguía extrayendo el hierro, cuando éste se agotaba se cerraba la explotación y se realizaban sondeos para buscar nuevos yacimientos en otros lugares del término municipal, la lo que derivaba en un nuevo permiso de explotación y un nuevo nombre para la nueva instalación creada; así, posteriormente a María Fernanda se abrieron nuevas explotaciones con los nombres de “Virgen del Pilar” (1955), “María Fernanda II” (Mina Nueva, 1956) “,” María Fernanda III “(1957) y” Comanisa “( 1958), que en ocasiones no eran más que ampliaciones de las explotaciones ya clausuradas. Estas nuevas minas se empezaban a explotar con el ánimo de convertirse en grandes explotaciones, pero la mayoría de veces no pasaron de ser un pequeño pozo donde , después de profundizar las galerías en la montaña, no daban con una cantidad mínima de mineral que garantizara su funcionamiento, por lo que se abandonaban.

Aunque el empeño puesto en la extracción por parte de los mineros, la ley de las minas de la Vilavella (la parte de mineral existente respecto a la cantidad de roca no aprovechable) era ciertamente baja, situándose en torno a un 43 %; esto, unido al modesto volumen de producción por no disponer de grandes explotaciones, dificultaban la competencia de las minas de Villavieja respecto a otras explotaciones de hierro vecinas como es el caso de Artana, por ejemplo, por lo que finalmente por no resultar rentables por las empresas explotadoras, terminaron clausurando definitivamente en 1966.

Plaza dels Espardenyers

La propia plaza es, al mismo tiempo, testigo del presente y del futuro de la localidad, Tenemos , por un lado, una escultura que honra el trabajo de los alpargateros del pueblo y, por otro, un mural de arte urbano realizado por el MIAU Fanzara en el año 2016. Con una estructura dual, este mural nos muestra la fisionomía más reconocible de la localidad, con la ermita, el castillo y la iglesia, y por otro lado, hace alusión al pasado romano de La Vilavella con una reproducción de la cabeza de APOLO de casi 7 metros, rematada por una flor de naranjo y una moneda romana con la efigie de Iulia Domna, madre del emperador Caracalla, haciendo alusión también a las Termas de Caracalla y a la importancia del agua en nuestra localidad.

Via ferrata La Cantera

La antigua cantera de piedra que abasteció la construcción del Puerto de Burriana sirve ahora como lugar para el deporte de aventura, sube vertical y aprovecha los 130 metros de recorrido para ofrecer un itinerario con dos puentes, un rapel de 25 metros y un espolón

Birdwatching en La Vilavella

En el Parque Natural de la Sierra de Espadán, del que La Vilavella es una privilegiada puerta de entrada, pueden encontrarse más de 100 especies de aves pertenecientes a 30 familias distintas. Los bosques y sotobosques con su riquísimo matorral mediterráneo, los húmedos y selváticos barrancos, los secanos y los escarpados puntales silíceos, conforman un mosaico idóneo para las aves, entre las que destacan las especies forestales y, en especial, las rapaces.